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¿Cómo elegir la alfombra perfecta?

Las alfombras son uno de los elementos decorativos más eficaces. Su principal propiedad es que visten con elegancia cualquier estancia, pero también transmiten sensación de calidez, aíslan térmicamente y son una solución para delimitar los espacios. Por eso al elegir alfombra hay que tener en cuenta no solo su estilo, colores y estampado, sino también el tipo de tejido, el tamaño y otras propiedades.

Estilo: Lo primero al elegir una alfombra, es tener en cuenta la decoración de la estancia. Haz que coordine con mobiliario, tapicerías y cortinas. Si los demás textiles son estampados, escoge una lisa para no recargar el espacio. Si predominan los tejidos lisos, puedes seguir con la misma línea sencilla o escoger un diseño de flores o de formas geométricas.

Si quieres multiplicar la luminosidad, elige una alfombra lisa de un tono neutro, claro y suave, lo que ayudará a potenciar no solo la luz, sino también la amplitud y la calidez. Otra opción son las de color. Los tonos cálidos transmiten confort y energía, mientras que los llamados “fríos”, como el azul, el verde o el lila, consiguen que los ambientes resulten más relajantes. Los colores claros y neutros proporcionan amplitud al espacio, pero se ensucian más.

Material: ¿naturales o sintéticas?
Este factor dependerá del uso que les quieras dar y del presupuesto que tengas. Las tejidas con fibras naturales son más clásicas y valiosas, por lo que resultan el complemento perfecto para dar un aire exclusivo a cualquier espacio.
Las alfombras de algodón son cómodas y funcionales. Encajan perfectamente en ambientes informales y en estancias como el dormitorio infantil, el baño o el vestidor. Además, al ser tan frescas, resultan ideales para los meses de verano. Lo único que tienes que tener en cuenta es que su poco peso exige que coloques debajo una base antideslizante.
Por otro lado, las alfombras con materiales plásticos como el PVC, el polietileno o el vinilo también son tendencia. Este tipo de alfombras son resistentes a las manchas y a la humedad, resultan geniales para las zonas de la casa como la cocina. También son una de las mejores opciones para las alfombras de exterior, pues no se estropean con la exposición al sol o la lluvia. Además puedes elegir entre muchos colores y formas.

Materiales naturales: cada vez son más los materiales que, además de decorar, respetan el medio ambiente. A las tradicionales alfombras de esparto se unen las realizadas con sisal, coco, yute, bambú, madera, algas… y hasta papel entretejido, con acabados muy atractivos. Su única desventaja es que son sensibles al roce y, por tanto, menos duraderas.

Las alfombras de lana se han convertido en unas de las más empleadas en la decoración de interiores. Son cálidas y muy decorativas. Buen ejemplo son las alfombras orientales, caracterizadas por sus motivos geométricos negros o marrones sobre un fondo beige o crema.

¿Pelo largo o pelo corto?:
El pelo largo transmite mayor sensación de comodidad y calidez. Sin embargo, estas alfombras se convierten en unos auténticos “atrapapolvos”, por lo que necesitan una limpieza más frecuente, casi diaria, y las manchas son más complicadas de eliminar. Si te decides por una alfombra de pelo largo, colócala en una zona de uso poco frecuente a la que quieras dar un aire acogedor, como un rincón del salón.

Medidas:
El tamaño de la alfombra es tan importante o más que su color o su diseño. En la zona de estar, debe guardar proporción con los sofás y sobresalir unos centímetros por cada lado. En el comedor, lo ideal es que supere el perímetro de la mesa entre 50 y 80 cm por cada lado, para que todas las sillas estén situadas dentro de sus límites.